viernes, 7 de mayo de 2010

Los hijos del Caos

La primera página de la mitología griega tiene al Caos como protagonista. Me gusta imaginarlo como un señor zurdo, siniestro (lo contrario a diestro). La ciencia de los griegos clásicos no alcanzaba a sospechar de los coacervados del caldo de Oparín, pero sí tuvieron que trazar una línea de partida, igual que muchas religiones que pretenden todas las respuestas del ser humano. El caos era el vacío y la apertura. Engendró a cuatro entes elementales: los tenues Día y Noche, y los extremos… y su imagen.

Luego se tiene al Cielo o Urano, posible hijo del Caos, hay varias versiones. Una de éstas propone que primero Gea (Tierra) vino del Caos... Luego se generó Eros (el amor, y en general la fuerza que atrae a las cosas entre sí). Gea sola sin elemento masculino genero para sí y a su medida a su amante perfecto: Urano, quien la cubrió y embarazó (se habla de los “abrazos brutales” del Cielo a la Tierra).

De ahí nació Cronos, el tiempo. Sobre este ente,personaje y abstracción, pensemos con Octavio Paz.

Del pasado no se sacan claves sino la pura inercia. Del futuro, la pura urgencia que anula al presente. ¿Qué tiempo le sirve al hombre como vector sin la ilusión de la trascendencia (o la mera esperanza) ni la fuente de la memoria?

La injusticia de ser: las cosas sufren unas con otras y consigo mismas por ser un querer más, siempre ser más que más.
Ser más pero desvinculado al tiempo y al otro. Ser solo. Ser poco.

Octavio Paz concientiza las pérdidas de imagen sin quedarse de brazos cruzados.

Él postula la poesía como respuesta factible. “Poesía: búsqueda de un aquí y un ahora”.

Sin embargo, su propuesta no puede basarse en la poesía sin una demostración empírica: el poema.

Cronos destronó al Cielo y luego su propio hijo, Zeus, hizo lo mismo.

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