miércoles, 3 de agosto de 2011

lunes, 1 de agosto de 2011

Muchos dioses y favores




Parece que el ser humano es politeísta por naturaleza y que requiere imaginar la coexistencia de muchos dioses y divinidades a la vez en el mundo, para que cada persona en tal pluralidad elija o reafirme a aquel a quien dedicará plegarias, peticiones y agradecimiento. Por añadidura, si éste no es el dios de todos los hombres sino el de un grupo en particular, se supone que sus fieles recibirán más favores, al igual que si en una familia son pocos los hijos, éstos recibirán más regalos que en una familia donde es numerosa la prole.
Nuestra tendencia politeísta no es incompatible con la religión que se rige desde el Vaticano. Más bien es una herencia de esa misma tierra, pues de Roma nos han legado los dioses de la mitología clásica romana, como Venus, Neptuno y todos los demás que han prestado sus nombres para bautizar a los planetas del sistema solar. Estas divinidades, muchas de las cuales corresponden a otras de origen griego como Afrodita y Poseidón, eran dioses de algo, de alguien… Diosa de la belleza y la pasión, dios del mar, dios de los troyanos…
Tales condiciones suponían algo feliz: nadie quería convencer al otro (o peor: al enemigo) de cambiar su dios por el propio, respeto que mantuvieron a su manera los judíos pero no los cristianos.
Por altruismo o egoísmo (da lo mismo) muchas religiones abanderan la misión de convertir a los fieles y a los que no lo son. El caso del Cristianismo es muy especial: este culto alcanzó cierto equilibrio y aceptación con su “politeísmo” interno, es decir, que la variedad de santos, vírgenes, ángeles y figuras canonizadas le ha dado estabilidad… porque dentro del mismo culto unos y otros fieles puedes singularizarse y sentir que su devoción por San Onofre o la Virgen del Valle por ejemplo, les garantiza algo más que el solo Dios no provee. Paradójicamente y según ellos, su mismo Dios provee esta diversidad.
Como es en la tierra será en el cielo… ¿o era al revés?
IMAGEN: Retablos de Lissette Villamizar fotografiados por Teddy González.