La dirección se me quedó en facebook, donde precisé solo las
coordenadas temporales para llegar puntualmente al local. Una llamada y todo
quedó claro… “Viniendo desde el AB hacia el centro, después del último semáforo
de la avenida Bolívar, tomas el siguiente cruce posible a la izquierda. Allí
estamos”. Efectivamente, ahí estaban los artistas.
Ese fue mi primer atisbo, uno viene a estos eventos a ver a
los artistas con sus obras. Uno coteja la imagen del creador con la imagen que
ha creado. Uno quiere saber si es un artista maldito, un comerciante o un
jubilado sin oficio. Juan Portillo es un chamo. Lo conozco de las órbitas
universitarias de esta misma isla. Le invito a ser entrevistado. Me pide diez
minutos primero y yo aprovecho para ver la colección: Punto de partida (se
llama). El local es una habitación de acaso 20 m2 y un baño. Hay
piezas por todos lados, hasta colgando del techo. La gente se les arrima por
segundos, pero hablan poco de ellas. Uno quisiera que hubiera realmente gente,
pero suelen ser familiares, amistades y conocidos quienes uno encuentra acá… Y
artistas. Me gusta estar entre artistas, lo certifico. Hay que explicar menos
las cosas entre ellos.
Veo que en las piezas de Juan Carlos prevalecen las
partículas, son elementales en distintas escalas. Dibujadas o pintadas, las
esparce para que se ordenen en los ojos del espectador y dejen de ser
partículas para sugerir otra cosa: pelillos, poros, signos de un código,
tejidos, cuerpos, volúmenes… Hasta un móvil lineal compuesto por piezas de
plástico reutilizadas sugiere tal inminencia: las partes tendiendo a un todo. Sin dudarlo compraría alguna. No
tengo dinero, pero luego supe que alguna se vendió por cuatro cifras. Muy bien
por Juan Carlos, es su primera exposición individual. Procedo a entrevistarlo.
No sonríe pero tampoco huye, su dominio es más gráfico que
verbal. Repite a menudo las palabras “proceso” e “inseguro” pero por separado.
Asume el despropósito de sus creaciones, lo inconcluso, y también la
importancia del apoyo de otros artistas para afrontar que hay etapas en las que
se hace sin pensar. También hay en las que se piensa sin hacer. Mejor es la
acción. Es lo que hace respetables a los que están en el encuentro de esta
tarde, lo que han hecho ellos. Creo que eso es lo que hace a alguien
“autoridad”… De hecho, esta palabra viene de “autor”, creador. Para esta
muestra, Juan Carlos consteló sus piezas como las mismas partículas y trazos
que forman sus gráficas. Venció la dispersión con este planteamiento, con este
Punto de partida.
Me despido, salgo y concluyo que se abren dos tipos de
invitaciones. Para los artistas contemporáneos, a que traigan sus propuestas ya
documentadas, es decir, su portafolio. Para los que disfrutan el arte, a que
vengan a ver las obras; quizás hallen a Luis Mata en pleno proceso creativo, (mejor
aun). Luis quiere ayudar a crear nuevas tendencias del coleccionismo, que la
gente apueste fuera del canon tradicional, fuera del pasado. Vale.
No hay comentarios:
Publicar un comentario