Domingo
14 de octubre. 6:00 pm
Conseguí la invitación para la “Gala Premier”
de la película ¡Qué Detectives! gracias a dos factores fundamentales en la vida
de cualquier venezolano: el azar y la palanca. Mi apreciadísima profesora de
Marketing Cinematográfico rifó un par de entradas para este evento a sus
alumnos (como yo), porque además esos lanzamientos son el fruto de su trabajo,
como casualmente también son producto de los cineastas, otros artistas y muchos
aspirantes.
Miércoles
21 de noviembre. 7:00 pm
A pesar de estar en Caracas, llego
puntualmente al evento gracias a que salí dos horas antes de la casa de mis
padres al Centro Comercial Tolón, en cuyo último piso están todas las salas de
cine. Todo el espacio fue cerrado y solo se accedía con invitación impresa en
la mano o teniendo el privilegio de integrar la lista que portaba la portera.
Me emociona esa selectividad por la cual pertenezco a una mínima élite, y
mientras subo la escalera mecánica, me vanaglorio sintiendo que el ascenso es
físico y simbólico… que estoy entrando en una constelación de privilegiados.
Pronto sabré la relación entre las palabras “estrellas” y “estrellarse”.
Miércoles
21 de noviembre. 7:07 pm
No hay nadie conocido a la vista. Tampoco es
mucha la gente presente. Incluso sospecho que hay personas que viene a ver
otras películas. La venta de cotufas está abierta y eso me hace dudar de una de
mis grandes motivaciones por las cuales no me pierdo estos agasajos: los
pasapalos. Donde venden comida no la regalan.
Miércoles
21 de noviembre. 7:13 pm
Por fin hallo a la dama que me invitó. Me
alivia porque sé que puede presentarme a otras almas solitarias de esta
alcurnia mediática. Ella me saluda con amabilidad y prisa, pues está ocupada en
pleno ejercicio del oficio. Me dice que la otra que ganó la misma rifa no ha
llegado… y se va. Tendré que hacer esa maniobra temible…
Miércoles
21 de noviembre. 7:21 pm
Saco mi celular del bolsillo. Eso me hace
sentir terrible. Sacar el celular en un sitio así quiere decir que a nadie
conozco, que no traje una cámara de fotos o que soy un alienado. Igual, Nokia
en mano, me acerco a Moncho, el peliculista (guionista, protagonista, actor
secundario, productor y selector de todo lo del filme) y me demuestra que es un
buen tipo, sonriendo en la foto que no sé quien nos toma, primero con mi
celular y luego con una cámara decente. No encontré cosa alguna para decirle,
solo recordaba que no me gusta su programa televisivo (Qué locura, por
Venevisión) por razones elementales. Igual se admira la intención de seguir
emprendiendo y cumpliendo proyectos en el país, aunque sean suicidas o gusto
masivo.
Miércoles
21 de noviembre. 7:33 pm
Ya estoy en la olla de la gente que toma
fotos, por supuesto, del lado de la gente que toma fotos. Del otro lado hay
gente que no conozco en su mayoría, pero todo su ajuar y su empeño por el
brillo voluptuoso ayudan a saber que son famosos. Cuando décadas atrás veía yo la
televisión venezolana, allí decían mucho el término “artistas” y se refería a actores
y cantantes, quizás misses y alguna que otra bailarina. Poco ha cambiado, solo
que ahora hay famosos que ni actúan ni cantan, bailan o les sobra belleza. Todavía quisiera creer que el talento y la
disciplina son los ingredientes para el éxito, pero comienzan mis dudas a medida
que veo quienes acaparan la atención de estas reuniones.
Miércoles
21 de noviembre. 7:41 pm
Por fin consigo amigos. Bueno, realmente fue
que llegaron Leonardo Padrón y Carlos Sicilia y juro que me saludarían como a
un primo porque nos dedicamos en común a la escritura. Les tomo una foto y casi
salgo corriendo porque tampoco sé que decirles.
Miércoles
21 de noviembre. 7:50 pm
Me digo a mí mismo que le pediré al Diario
El Caribe un carnet de esos que abren todas las puertas; es increíble cómo le sonreían
a los periodistas todos. Algo de envidia saboreo.
Miércoles
21 de noviembre. 7:51 pm
La contemplación es una práctica a la que
recurro en estos encuentros donde a pocos conozco. Las damas se dejan ver, sin
esa hipocresía de las que se operan y se embuten en vestidos envidiados por las
superheroínas y luego ponen cara de ofendidas porque alguien las ve por más de
2 segundos sin disimulo.
Más bien, estas estrellas parecen creer que soy
periodista y me sostienen la mirada. Es más, aprovecho que una está sola (oh,
milagro) y me le acerco. Ella me inspecciona mientras llego y voy sacando el
Nokia. Sé que se decepciona porque no me ve lo que esperaba: un carnet de
PRENSA. Sin titubeo le pregunto la enorme Jessika Grau que si puedo tomarme una foto con
ella y (voilá) su rostro de aburrimiento, tacones incómodos o antipaparazzi se
esfuma y… su cara se vuelve un poema sobre la hermosura inalcanzable. La foto
la tomó el primer tipo que atajé por ahí.
Miércoles
21 de noviembre. 7:55 pm
Miércoles
21 de noviembre. 7:59 pm
Ya sé que no habrá pasapalos, porque
aparece desde una baranda Moncho agradeciendo la asistencia y anunciando la
proximidad de la proyección del largometraje. Me consagro a la multitud que ya se
aglutina hacia otra escalera. Nos clasifican y me toca entrar a la sala de los
que no somos ni famosos ni infames sino todo lo contrario.
Miércoles
21 de noviembre. 9:41 pm
Ya vi la película.
Primera conclusión: demasiadas actrices de
relleno… Relleno en los senos y relleno en los traseros. Parecemos como
espectadores unos bebés de pecho, literal y figuradamente. Debió llamarse a
ratos ¡Qué tetero! Diosa Canales y una colección de famosas que asocio
remotamente con programas de humor para televidentes, inflamadas, tensas de
pieles, altas de tacones y en papeles… higiénicos. Cómo las desperdician. Las
ponen a hacer de ellas mismas, en la comodidad acolchada de su cuerpo.
Segunda conclusión: hay que darle al pueblo
lo que quiere. Los genios del siglo XXI deben ser los que sabes eso, lo que el
pueblo apetece. Ya no importa si hace bien o mal, sino cuánto lo quieren y
están dispuestos a pagar por ello.
Afortunadamente me consigo a mi buen amigo, el
locutor Tomás Carrizales, y cambiamos de tema.
Lunes
26 de noviembre. 8:30 am
Usted se pregunta si esto es verdad o
mentira.
Aparecido en el DIARIO DEL CARIBE, 2012.
Aparecido en el DIARIO DEL CARIBE, 2012.
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